El 15 de agosto de 2020 celebramos el centenario de la Batalla de Varsovia, un punto culminante de la guerra polaco-soviética y uno de los acontecimientos más decisivos en la historia de Polonia, Europa y el mundo.
Cuando la Polonia independiente renació en 1918, su existencia se vio amenazada por la Rusia soviética que, propagando la autodeterminación de las naciones, en realidad pretendía imponerles su ideología comunista totalitaria. Polonia era el primer paso en el camino hacia una mayor conquista.
Sin embargo, en agosto de 1920, no sólo el futuro de Polonia sino también el de toda Europa quedó determinado por la Batalla de Varsovia de 1920, que resultó victoriosa para las Fuerzas Armadas polacas. Esta batalla no sólo supuso la derrota del Ejército Rojo, también suprimió los intentos de sovietizar a las naciones europeas mediante la extensión enérgica y armada de la revolución proletaria mundial. En aquel entonces, el Ejército Polaco, gracias a la determinación y la constancia de sus soldados y al talento de sus comandantes, salvó a Europa de verse envuelta en una nueva guerra. Las pérdidas del lado polaco en la guerra de 1919-1920 con los bolcheviques fueron, como en aquella época, cuantiosas: cien mil muertos y desaparecidos, y el doble de heridos.
El freno al ataque de los bolcheviques a la capital polaca fue un momento histórico para reforzar la Polonia independiente, así como otros estados nacionales recién establecidos en Europa Central. Evitó el riesgo del colapso del sistema de Versalles y proporcionó a Europa la oportunidad de intentar una coexistencia internacional pacífica.
La Batalla de Varsovia transmite un mensaje universal sobre la necesidad de contrarrestar a las dictaduras y hacer sacrificios para proteger la libertad.
Lord Edgar Vincent D’Abernon, diplomático inglés, miembro de la Misión Interaliada en Polonia y testigo de los acontecimientos de agosto de 1920, en su libro “La decimoctava batalla decisiva del mundo. Varsovia, 1920”, la describió con estas palabras: «La historia moderna de la civilización conoce pocos acontecimientos de mayor importancia que la batalla de Varsovia de 1920. Y no conoce ningún otro que sea tan poco valorado…”.