El 1 de septiembre de 1939, el ataque de la Alemania nazi a Polonia dio comienzo a la Segunda Guerra Mundial, el conflicto armado más trágico de la historia de la humanidad. Era la materialización del Pacto Molotov-Ribbentrop, firmado sólo una semana antes, por el que el Tercer Reich y la Unión Soviética se repartían las tierras de Polonia, pero también los países bálticos.
Al atacar Polonia, Hitler decidió aplicar una estrategia de guerra instantánea. Alemania atacó simultáneamente por mar, aire y tierra. A pesar de un potencial militar mucho más débil, el ejército polaco se defendió durante más de un mes, y finalmente no depuso las armas hasta principios de octubre.
Los polacos lucharon solos; a pesar de haber firmado acuerdos de alianza con Gran Bretaña y Francia, las potencias occidentales se limitaron a declarar formalmente la guerra a Alemania, sin llevar a cabo ninguna acción militar. Además, el 17 de septiembre, el Ejército Rojo entró en Polonia por el este sin declaración de guerra, anexionándose la mitad de su territorio.
Durante más de treinta días de combates, murieron unos 70.000 soldados polacos, así como decenas de miles de civiles. Muchas ciudades fueron destruidas por ataques aéreos y bombardeos. Inmediatamente se instauró el terror de la ocupación: detenciones, torturas, deportación a campos de concentración o a trabajos forzados en Alemania y ejecuciones en masa.
La invasión de Polonia fue el primer episodio de un conflicto que se prolongaría durante seis años, costando la vida a más de 80 millones de víctimas, de las cuales unos 50 millones eran civiles. Sólo Polonia perdió durante ese tiempo más de 5 millones de habitantes, de los cuales más de la mitad eran ciudadanos polacos de origen judío. Sin embargo, la derrota de Alemania y la caída del nazismo no pusieron fin a la existencia de los totalitarismos. Como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, el mundo quedó dividido en dos bloques divididos por el Telón de Acero: uno democrático y otro controlado por la Rusia soviética. No fue hasta 1989 cuando el orden de posguerra se desmoronó definitivamente, aunque los daños y las heridas de 1939-45 siguen siendo visibles en muchos países aún hoy.
Foto: El avión alemán Heinkel He 111 bombardeando Polonia en 1939 / Fuente: Narodowe Archiwum Cyfrowe