SOBRE “INSACIABLE”
«Un sonido que viene del vientre de la abuela me saca de mis pensamientos. Algo se remueve en sus tripas. Exactamente igual que a veces se remueve en las tripas de esta casa —se me ocurre pensar— cuando el abuelo alimenta la caldera y el agua caliente se pone en movimiento en las tuberías para calentar el termo y también las columnas de los radiadores».
Las casas recogen las historias sucesivas de quienes las habitaron en las capas de pintura que se acumulan en sus paredes. Las palabras también recogen la historia de quienes las concibieron y les dieron voz.
Al pueblo de Maj, en Polonia, llegan dos mujeres. Es una visita, y los anfitriones son los abuelos de una de las jóvenes. La abuela está enferma de muerte en la casa de toda una vida. En Maj hay campo, zorros, estorninos, bosque, viento, nieve, noche, y hay un matadero industrial que no descansa, emisario de la ciudad que explota animales para el consumo humano. También hay una transmisión perfecta del saber que trasciende y recoge la historia que nos cuentan los libros de historia.
Insaciable es una geología de lo vivo y de lo muerto. La lengua del texto busca a tientas, con la delicadeza del desencanto, el punto de contacto con las cosas que nombra. Decir la verdad es arrimarse al mundo, rozarlo con las palabras. Leer a Małgorzata Lebda es ver, tocar, oír un mundo de palabras comestibles.
SOBRE LA AUTORA
Małgorzata Lebda es escritora, científica, fotógrafa, montañista y corredora de ultramaratones (en septiembre de 2021, corrió 1.113 kilómetros a lo largo del río Vístula en el marco de un proyecto de activismo poético titulado «Leer el agua»). Nació en un pequeño pueblo del sur de Polonia en 1985. Ha publicado seis libros de poesía por los que ha recibido premios como el Gdynia (2019) y el Wisława Szymborska (2022), el más importante de la lírica polaca. Insaciable, su primera obra en prosa, recibió el Premio Descubrimiento Literario del Año de Empik (2023) y fue finalista del Premio Nike (2024). Está nominada al Premio Conrad y figura entre los finalistas del Premio Angelus. La escritora vive con su manada (de animales humanos y no humanos) en la región montañosa de los Beskides de Sądecki. Cultiva unas patatas y calabazas exquisitas.
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