En el otoño de 1940, las autoridades de la Alemania Nazi, que ocupaba el territorio de Polonia desde 1939, crearon el gueto de Varsovia. En un área de alrededor de 2,6 km², separado por un muro del resto de la ciudad, encerraron a todos los judíos de la capital polaca y sus alrededores. Puesto que se traía también a los judíos deportados de otros terrenos ocupados por la Alemania Nazi, a mediados del año 1941 el número de los habitantes había ascendido a unas 450 mil personas, por lo cual el gueto de Varsovia se convirtió en el más grande de toda la Europa ocupada. En unas condiciones horribles, con raciones alimentarias de poco más de 200 calorías al día, hasta la mitad del año 1942 murieron casi cien mil personas. En julio de ese mismo año los nazis empezaron a deportar a los judíos del Gueto al campo de exterminio en Treblinka, realizando el plan de la Solución Final que suponía la eliminación de los judíos de los territorios ocupados por los alemanes.
Con el fin de construir una resistencia armada contra el plan de exterminio de la población judía, al final del año 1939 se fundó en Varsovia la Unión Militar Judía y, en el año 1942, la Organización Judía de Combate, dirigida por Mordecai Anielewicz. En enero del año 1943, durante un intento de deportación por parte de los nazis de otro grupo de judíos al campo de exterminio, los habitantes del Gueto opusieron resistencia a las fuerzas alemanas, sorprendiéndolas y forzándolas a retirarse. Durante los meses siguientes, ambas partes se prepararon para el combate decisivo. El 19 de abril de 1943, en vísperas de la Cena Pascual judía, los nazis comenzaron la acción de liquidación definitiva del Gueto de Varsovia. Las tropas alemanas, bajo el mando del general de las SS Jürgen Stroop, cercaron por la noche todo el barrio. Para participar en la acción se mandaron al principio casi 1200 soldados (número que aumentó hasta 2000 personas, apoyadas por la artillería y las fuerzas blindadas), a los que se enfrentaron cerca de 1200 combatientes judíos, mucho peor armados y formados, pero apoyados por el movimiento de resistencia polaco desde fuera del muro del Gueto.
La lucha encarnizada de los habitantes del Gueto, quienes preferían morir con las armas en la mano a perecer en las cámaras de gas en los campos de exterminio, fue lo que sorprendió a los alemanes y les hizo cambiar de estrategia. Casa por casa, calle por calle, el ejército alemán destruyó consecuentemente, uno tras otro, todos los centros de resistencia con el uso de gases tóxicos y lanzallamas. Los pocos judíos que quedaron vivos fueron capturados y asesinados, o deportados a los campos de exterminio. El 8 de mayo los nazis rodearon el búnker donde se escondían los líderes del Levantamiento con Mordecai Anielewicz al frente. Todos ellos se suicidaron para no caer en manos de los alemanes. A mediados de mayo, unos pocos grupos de insurgentes con el sucesor de Anielewicz, Marek Edelman, escaparon del Gueto a otros barrios, a través de las alcantarillas. El 16 de mayo de 1943 los nazis hicieron estallar la Gran Sinagoga en la calle Tłomackie, hecho considerado como el simbólico final de aquella trágica sublevación. A lo largo de un mes murieron alrededor de 7000 judíos, la mayoría de ellos en los incendios. El Gueto fue definitivamente arrasado.
Este año celebramos el 75º aniversario de este heroico acontecimiento que queremos recordar para que no se olvide el trágico sacrificio de los combatientes del Gueto de Varsovia.