Hace 102 años, el 11 de noviembre de 1918, Polonia recuperó su independencia. Ese día, tras su liberación de la Fortaleza de Magdeburgo, Józef Piłsudski asumió el mando militar del Consejo de Regencia, y, tres días más tarde, asumió la autoridad suprema sobre los asuntos civiles, y finalmente pudo “como Comandante en Jefe del Ejército Polaco […] notificar a los gobiernos y naciones beligerantes y neutrales” la reaparición en el mapa de “la renacida e independiente República de Polonia”. Después de 123 años de cautiverio, Polonia se convirtió en un Estado soberano e internacionalmente reconocido.
Cinco generaciones habían luchado en sublevaciones, conservaban el espíritu polaco y resistían la germanización y la rusificación para que, en noviembre de 1918, los polacos pudieran por fin saborear la libertad. Józef Piłsudski, Roman Dmowski, Ignacy Jan Paderewski, Józef Haller, Ignacy Daszyński, Wincenty Witos, y Wojciech Korfanty fueron los padres fundadores de la Polonia independiente. Esos estadistas procedían de diversos ámbitos políticos, pero en 1918 tenían el objetivo común de reconstruir el Estado de Polonia.
El entonces Primer Ministro Jędrzej Moraczewski describió la atmósfera de este momento excepcional con estas palabras: «No se puede describir esa euforia, esa loca alegría con la que el pueblo polaco se llenó en aquel momento. Después de 120 años, desaparecieron los cordones militares. ¡Libertad! ¡Independencia! ¡Reunión! ¡Nuestro propio país! ¡Para siempre! ¿Caos? No importa. Todo va a salir bien. […] Quien no haya presenciado esos breves días, quien no haya delirado de alegría en ese momento junto con toda la nación, no experimentará una mayor alegría en su vida.»
El recuerdo del día histórico de hace 102 años, cuando Polonia recuperó su independencia y su libertad, sigue siendo una fuente de inspiración para que sigamos actuando por el bien de nuestro país.
Oficina del Portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores