“De boca en boca” desde el muro de Berlín hasta la Gran Muralla: Slavs & Tatars
“De boca en boca” desde el muro de Berlín hasta la Gran Muralla: Slavs & Tatars
por Inés R. Artola
Empleando las tendencias del arte actual globalizado -pero no para volver a una modernidad internacionalizada ni mucho menos para crear nacionalismos históricos- Slavs & Tatars postula por un arte de sincretismo transnacional en el que culturas, políticas, religiones, idiomas, se amalgaman en una curiosa simbiosis. Una invitación a reflexionar en torno a los mecanismos de poder, de comunicación, a las conexiones entre tradición y futuro, interpersonales e interculturales. Todo eso sin que falten, por supuesto, unas gotitas ácidas de necesaria y muy bien puesta ironía.
Diez años de actividad (entre exposiciones, publicaciones y lecturas performativas) han sido una buena excusa, para los incrédulos que la necesiten, para organizar esta retrospectiva con las obras e instalaciones más significativas de este peculiar grupo. “De boca en boca” (¿o “boca a boca”?) es el título de la muestra. Arte que combina el amplio espectro que va desde el muro de Berlín a la Gran Muralla en el mundo contemporáneo y con sus posos milenarios, que analiza comportamientos y culturas en los suelos que pertenecieron a los imperios otomano, ruso y persa, de ideologías tan diversas (o no) como el comunismo, el Islam o el capitalismo. Obras en las que se solapan capas semánticas de un amplio espectro cultural e histórico.
Pero, vayamos a la exposición.
Nos recibe en la antesala Nasreddin, popular antihéroe de la leyenda de tradición sufí conocido en regiones como Egipto, Siria, Irán, Asia central, Pakistán y la India desde tiempos medievales y protagonista de centenas de enseñanzas a modo de cortas fábulas. Una escultura-columpio del “maestro” o “profesor” (Hodza Nasreddin, 2012) nos acoge cabalgando en un rucio pero sentado al revés, mirando hacia atrás: mientras el animal avanza (mira al futuro) Nasreddin mira hacia atrás, al pasado, a la tradición. Una obra que conjuga justamente estas dos visiones del mundo contemporáneo con la tradición secular en un deje irónico y divertido, un columpio, un juguete, donde columpiarnos con el maestro de la espiritualidad sufí.
Kitab Kebab (Kapuscinski-Orbeliani) de 2013 aparece justo detrás: un kebab…hecho con libros. Propiedad de uno de los artistas del grupo que, con todo su dolor -nos contó- sacrificó a estas criaturas atravesándolas mortalmente para crear esta obra simbólica e irónica que nos habla del conocimiento y su digestión, ambos, en ocasiones, procesos lentos y dolorosos.
Uno de los aspectos más llamativos de las acciones y posicionamientos de Slavs & Tatars en estos parajes especialmente es la comparación entre el fenómeno de Solidaridad en Polonia y la revolución en Irán. Fue al estallar en este segundo país cuando empezaron a traducirse obras literarias de Polonia, desde Szymborska o Milosz hasta Majakowski, con la intención de dar a conocer una cultura que, muy lentamente y casi a lo largo de una década, consiguió finalmente deshacerse del yugo comunista. La instalación “Arañas de Solidaridad” (2011), precisamente habla de esto: el propio título alude al fenómeno político social de la Polonia de los 80 a través de una pieza que conmemora la artesanía iraní y que nos habla, por tanto, de procesos a largo plazo, de trabajo grupal y artesano sin importar autorías u originalidades (por no llamarlos esnobismos, mal y pronto) en los que la lucha se crea en comunidad, con paciencia. Como una tela de araña…
La obra “cartas de amor” (2014) son ocho tapices inspirados en poemas e ilustraciones de Majaikowski. Un juego entre la palabra, el símbolo de la letra, o el amor que podría darse entre ellos. Inspirados en este precursor del futurismo aprehendido en Rusia, los tapices nos hablan, gritan, expresan, no solo con sus formas sino también con sus contenidos.
El punto culminante de la exposición es una instalación sonora en la que varios altavoces, con forma de cruces inclinadas realizadas en plexiglás y dispuestas en cuadrado sobre el suelo, emiten voces que leen en seis idiomas diferentes con el método de Gavrilov, esto es, el lector que se superpone en las películas y series sobre el original en todos los países de Europa del Este y de la antigua URSS. Una instalación sonora que nos da cuenta del extrañamiento idiomático, de la comunicación sin sentimientos al tiempo de ese “para respetar, hay que dejar de respetarse”, ardua tarea si nos situamos en las profundidades.
Al fondo de esa misma sala, la obra “Protesta mística” (2011) consiste en un gran panel en el que leemos, con cierta dificultad por los neones que atraviesan el carte,l el siguiente texto: “Lo más importante es que repitamos nuestros errores para recordar a las futuras generaciones la profundidad de nuestras idioteces”.
Y yo creo que aquí, señores, ya las palabras bastan…
FOT.: Inés R. Artola