SOBRE EL LIBRO
El Invencible es el nombre de la enorme nave interestelar que parte hacia el encuentro de su gemela, la impresionante y guerrera Cóndor. Esta última, perdida en Regis III, un aislado y deshabitado planeta, provocará oleadas de angustia vital tanto en los que sobrevivieron como en aquellos que acuden en su ayuda de manera abrupta, devastadora y violenta. Nanobots, viajes en el espacio, inteligencia de enjambres y evolución artificial se citan en este relato despiadado y atroz de supervivencia humana. El cosmos es en ‘El Invencible’ el centro del pensamiento humano. La utopía del hombre, la búsqueda de la verdad y la importancia de diferenciarnos de los demás seres del universo son solo la punta del iceberg del gran desafío misterioso y cruel que nos proponen la existencia y nuestra incapacidad de no poder conquistarlo todo.
“El invencible” es un enigma brutal, una aventura maravillosa repleta de descripciones inmejorables en un planeta tan extraño como peligroso. Discusión ética o excusa ecológica, la novela relata las consecuencias del abuso de las tecnologías y su consiguiente impacto en un futuro más próximo de lo que somos capaces de imaginar.
SOBRE STANISŁAW LEM
Nació en la antigua ciudad polaca de Lwów, ahora Ucrania, en 1921. Está considerado uno de los más grandes escritores de ciencia ficción de todos los tiempos. Su primera novela publicada fue “El hospital de la transfiguración” (Impedimenta, 2008), escrita en 1948, pero no publicada hasta 1955. Antes apareció “Astronautas” (1951). En Impedimenta han aparecido, asimismo, “La investigación” (1959), “La Voz del Amo” (1968), “La fiebre del heno” (1976), el volumen de relatos “Máscara” (2003), así como su obra maestra, “Solaris” (1961), en traducción directa del polaco y la «Biblioteca del Siglo XXI», conformada por “Vacío perfecto” (1971), “Magnitud imaginaria” (1973), “Golem XIV” (1981) y “Provocación· (1982). Lem falleció en 2006 en Cracovia.
«En la literatura de nuestro tiempo, los dos grandes maestros de la
ironía y de la imaginación son Stanisław Lem y Jorge Luis Borges.»
—Ursula K. Le Guin