El 10 de abril de 2010, un avión especial TU-154M con el Presidente de Polonia Lech Kaczyński y la Primera Dama Maria Kaczyńska a bordo despegó de Varsovia a Smolensk. Ese día, en el Cementerio de Guerra de Katyń la delegación oficial iba a participar en un evento conmemorativo del 70 aniversario del genocidio cometido en el lugar. El avión transportaba 96 personas, entre ellas miembros de las autoridades supremas del Estado, representantes de círculos sociales, de diferentes confesiones, altos mandos militares y la tripulación del avión. Todos los pasajeros del vuelo murieron en el desastre aéreo que tuvo lugar durante el aterrizaje en el aeropuerto cerca de Smolensk.
La delegación que se dirigía a las celebraciones de Katyń el 10 de abril de 2010 estaba integrada por élites polacas que representaban diversas creencias políticas, sociales y religiosas. Incluía a vicepresidentes de la Dieta y del Senado, un grupo de parlamentarios, altos mandos de todas las Fuerzas Armadas polacas, funcionarios de la Cancillería del Presidente del Estado, jefes de instituciones estatales, clérigos, representantes de ministerios, miembros de organizaciones sociales y de veteranos, y acompañantes. La figura que símbolicamente unía a la Polonia contemporánea con la inteligencia y la tradición de la Segunda República Polaca fue el último Presidente de Polonia en el Exilio, Ryszard Kaczorowski, presente a bordo.
Los que iban en el vuelo a Smolensk se dirigieron a Katyń para rendir homenaje a las víctimas de las ejecuciones en masa llevadas a cabo en el bosque de Katyń, Mednoye, Kharkiv, Bykivnia y Kuropaty por el NKVD en la primavera de 1940, por orden de las autoridades principales de la URSS. La masacre de Katyń cobró la vida de los prisioneros de guerra polacos, entre los que se encontraban oficiales, académicos, clérigos de todos los credos, funcionarios, representantes de profesiones libres y empresarios, todos miembros de la élite de la Segunda República. El crimen de Katyń y el accidente aéreo de Katyń son dos símbolos de los trágicos acontecimientos de la historia de Polonia. Debido a la catástrofe del avión TU-154M, el Presidente Lech Kaczyński no pronunció un discurso preparado para el 70º aniversario del genocidio de Katyń.
«Hagamos que la herida de Katyń finalmente se cure y se convierta en una cicatriz», escribió el Presidente entonces.
Su mensaje, que no se pronunció el 10 de abril de 2010, resuena hoy, después de diez años, con la misma fuerza.
Los acontecimientos de ese día sacudieron a millones de polacos, así como al público internacional. Los participantes de ese vuelo permanecerán siempre vivos en nuestra memoria.
Oficina de Prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores